A mi novio y a mi nos encanta viajar. Además, no somos mucho de follar en la habitación. Nos gusta mirar y nos pone cachondísimos que nos miren mientras estamos practicando sexo.
Era una tarde con mucho viento. A mi novio le apetecía darse un baño en la piscina de la terraza. Yo me puse el bikini con el tanga minúsculo porque sé que le encanta.
Empezó a tocarme y yo me di cuenta que su miembro estaba muy duro, tal y como a mi me gusta. Así que me recogí el pelo y empecé a chuparle la polla sin importarme que nos pudiesen ver. Es más, al revés, yo cachonda como una perra de imaginarme que nos pudiesen ver. Al rato, me quito la parte de arriba del bikini mostrándole mis tetas preciosas. Ahí es cuando le hago el gesto de que quiero ir a la tumbona a follármelo.
Salí del agua y me senté encima de su polla dura y empecé a follármelo. Se corrió accidentalmente dentro de mi.